Keops, en el apogeo de su poder, gobierna con mano férrea el inmenso reino de Egipto y, como testimonio de su fuerza incomparable, ordena la construcción de un monumento funerario que asombrara al mundo: la gran pirámide. Sin embargo, la amenaza de los dioses se cierne sobre la familia real: un adivino predice al faraón que su sucesor no pertenecerá a su familia, sino que será el recién nacido hijo del gran sacerdote de Ra. Decidido a alterar el curso del destino, Keops ordena la muerte del bebe. Pero, con la ayuda de una sirvienta, el niño consigue escapar y, con el tiempo, llega a convertirse en una seria amenaza para el faraón y su familia.
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Es un recorrido, a través del tiempo, por la vida, por la historia, por la teoría y por la praxis de un educador que ha logrado mantenerse vigente, por generaciones, presentando propuestas trascendentes y mostrando siempre una evolución acorde a las exigencias de su tiempo; un pedagogo cuya validez no está en función de un cierto rigor académico ni mucho menos tecnicista, sino más bien relacionado directamente con la imperiosa necesidad de ser alternativa y motor de cambio para la sociedad; un educador que -sin lugar a dudas- es el más destacado y reconocido representante de la corriente de educación popular surgida en nuestro continente a inicios de los años ’60.
El closet de cristal es una crónica no autorizada pero permanente la homosexualidad de Carlos Monsiváis, así como sus noviazgos, amistades, aventuras y desventuras en las calles, bares y baños de México (desde 1960 hasta su muerte). No es una biografía, sino la crónica de un aspecto poco conocido del autor de Días de guardar: su presencia en el movimiento homosexual mexicano y su lucha por las libertades individuales y el reconocimiento a la diversidad sexual. Braulio Peralta cuenta su relación personal con el Carlos Monsivais de carne y hueso, lejos de la fama, la intelectualidad y el mundo cultural; más cerca de los grupos homosexuales que lucharon por sus derechos humanos que del glamour de la literatura. Un libro que confirma la vida gay de quien escribió: ¿De qué puede enorgullecerse una persona si no está orgulloso de su comunidad?”.
Económicamente, el neoliberalismo fracaso sin lograr alguna revitalización básica del capitalismo avanzado. Socialmente, por el contrario, el neoliberalismo alcanzo muchos de sus objetivos, creando sociedades marcadamente más desiguales, aunque no tan móviles como lo deseaba. Política e ideológicamente, sin embargo, el neoliberalismo alcanzo éxito en un grado con el cual sus fundadores probablemente jamás sonaron, diseminando la simple idea de que no hay alternativas a sus principios, que todos, ya sea confesándolo o negándolo, tienen que adaptarse a sus normas. Probablemente, ninguna sabiduría convencional consiguió un predominio tan amplio desde el inicio del siglo XX como el neoliberalismo hoy. Este fenómeno se llama hegemonía, aunque, naturalmente, millones de personas no crean en sus fórmulas y se resistan a sus normas. La tarea de sus opositores es la de ofrecer otras recetas y preparar otros sistemas; pero no hay como prever cuando o donde van a surgir. Históricamente, el momento del cambio de una generación es una sorpresa.