Nadie puede desconocer la importancia que tuvo la llegada de los judíos a Colombia. Su arribo a estas tierras hizo posible el surgimiento de un nuevo tipo de imaginario, dadas las costumbres, hábitos, y expresiones culturales – religiosas que poseían. De ahí que la “integración social” de estos en el país no fuera del todo fácil: sucumbieron a terribles calamidades propias de su condición de inmigrantes. Sin embargo, lograron con el tiempo, afianzarse en su objetivo tras el desplazamiento de colonias a diversos puntos del territorio. Dichos fenómenos de alta trascendencia convocan tanto a intelectuales como académicos a indagar sobre rasgos que permitan dar cuenta del ser y la sociedad actual, partiendo del pasado de los mismos. La Literatura es fundamental para esta exploración y eso lo entiende el colombiano Azriel Bibliowicz, al presentar El rumor del astracán.
Esta novela da cuenta de las peripecias de una colonia judía en el país. El proyecto de los viajantes fue hacer fortuna en “Sud América” por lo que el epicentro apropiado para asentarse –según las palabras de su compatriota Abraham, quien se había instalado en el centro de la ciudad– es Bogotá.
Saúl y Jacob empiezan su travesía en las calles, vendiendo telas. El primero avanza presurosamente en tanto utiliza su ingenio y astucia para los negocios, mientras el segundo es más metódico y menos emprendedor que su amigo. Un día Jacob decide casarse. Siguiendo al pie de la letra sus costumbres religiosas, decide hacerlo con una pariente de Saúl, traída de Zelochow. Luego del compromiso, ella descubre que no es feliz con Jacob, por lo que cae en crisis afectivas. Conoce a Moisés – quien sería mas adelante su profesor de español– y cree sentir una pasión desorbitada por él. Sin embargo, Moisés parte a la Argentina y ella queda entristecida. En esos momentos, decide trabajar en pro de costear la venida de un familiar y bajo esas circunstancias logra entablar una relación amorosa con su jefe, David. Finalmente, su destino se ve truncado y luego de un accidente su esposo Jacob muere; Ruth queda prácticamente sola.
En la historia presentada por Bibliowicz existe una correlación muy fuerte de personajes: Ruth en cierta medida, sufre los avatares del desamor al igual que la emblemática Emma Bovary de Flaubert. Este aspecto deja entrever la intención del autor de valerse de una trama recurrente en la literatura universal –la dama romántica que se entrega a sus emociones con tal de ser libre, se burla de la sociedad y es infiel a su esposo– bajo la excusa de ahondar sobre el contexto; este ejercicio, es de gran valor en la medida en que refleja las cuestiones propias de la época –inicios del siglo XX– y las peripecias que debieron afrontar los visitantes de la tierra prometida en Colombia. Por lo tanto, este manejo temático, fruto de una exploración histórica, es digno de admiración.
Ahora bien, por medio de la lectura detenida de El rumor del astracán se visualizan intereses colectivos propios del ser judío: el dinero y la religión. Saúl es fiel representante del comercio ambulante ya que tiene una habilidad extraordinaria para los negocios. En cambio Jacob, es un acérrimo creyente y seguidor de las reglas de Dios. Estas características parecen ser las constantes entre los hijos de esta raza.
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