Rita Segato – Contra-pedagogías de la crueldad

Llamamos “pedagogías de la crueldad” a todos los actos y prácticas que enseñan, habitúan y programan a los sujetos a transmutar lo vivo y su vitalidad en cosas. Esto supone la captura de algo que fluía errante e imprevisible, como es la vida, para instalar en su lugar la inercia y esterilidad de la cosa mensurable, vendible, comprable y obsolescente, como conviene al consumo en la actual fase apocalíptica del capital. El ataque sexual y la explotación sexual de las mujeres, por ejemplo, son actos de rapiña y consumición del cuerpo que constituyen el lenguaje más preciso con que la cosificación de la vida se expresa.

https://drive.google.com/file/d/1dfcYJB5CNj_UV5e5mTN4Gciwp801gzOe/view?usp=sharing

 

Rita Segato, Las estructuras elementales de la violencia Ensayos sobre género entre la antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos [libro completo]

Hacemos hincapié en la descripción de libro completo porque a diferencia de otros libros en internet, éste sí incluye las páginas 90, 91, 100 y 101.

Es en la tensión y mutua alimentación entre dos ejes: el de los iguales -aliados o competidores- y el de los desiguales -dominadores y dominados- donde, según la autora, puede ser investigada la etiología de la violencia, su usina de producción. Estructura común a todos los sistemas en que las marcas de estatus inflexionan la expansión moderna del contrato ciudadano, las relaciones de género son, sin embargo, consideradas aquí su escena paradigmática. Tal como las conocemos en lo que la autora llama «la larga historia patriarcal», son presentadas como la célula elemental de toda violencia.

Comprender la esfera de la intimidad es el apoyo que la antropología y el psicoanálisis proporcionan al derecho para auxiliar su tarea de pacificar la sociedad. Sólo mediante una reforma de la intimidad será posible desmontar la escalada de la violencia societaria, desde los niveles microscópicos de las agresiones domésticas a los niveles macroscópicos de las agresiones bélicas. Para ello también es imprescindible la cooperación entre el derecho y la comunicación, pues el primero transforma las relaciones sociales más por su eficacia simbólica que por la eficacia de las sentencias. Los Derechos Humanos establecen metas y objetivos para la sociedad, crean una nueva moralidad y, por el hecho de dar nombre a las quejas y a los deseos colectivos, cumplen un papel pedagógico y transformador.